Me cuesta dejar ir. Siempre tengo la necesidad de estar al lado de las personas, de saber de ellas, de acompañarlas. Pero a veces me doy cuenta de que sobro, que a pesar de que pongo todo mi empeño en estar ahí, estoy de más.
Siempre fue lo mismo, siempre fui lo mismo, la tercera en discordia, la amiga extra buena onda. Recientemente, y aunque me duela en el corazón, le dije que no lo iba a acompañar, que vaya solo, que aunque la iba a pasar bien me iba a sentir incomoda y me iban a hacer sentir incomoda (no a propósito por supuesto). Me cuesta decir que no porque quiero estar ahí viendo que todo salga bien, que la estén pasando bien. Porque soy egoísta y quiero saber todo. Porque me encanta sufrir y aunque se que si voy, lo voy a ver a él besándose con otra chica, quiero estar ahí.
Pero a veces simplemente hay que dejar ir, no hay que asfixiar. Porque mucho de algo termina empalagando.